viernes, 6 de julio de 2007

Nunca es tarde para volver a ser telemarketer

Debí sospechar que el día venía fulero cuando el profesor de Música me dijo si quería tocar "Aprender a volar" en el bajo para el acto del 9 de Julio. Eso ya era un indicador de que las cartas venían fuleras esta mano. O cuando la Directora tuvo el mismo pálpito que yo: si media clase sacó menos que 7 en un examen cuatrimestral, tal vez -tal vez- el problema era más mío que de ellos. O cuando la clase que di fue un fracaso y no pude sacar las papas del fuego.

Ya venía fulera la cosa, sin dudas. Yo tenía que dar las notas de los exámenes, avisarle a 4 pibes que tenían que dar recuperatorio, sabiendo que al menos dos se iban a poner a llorar, sin más razón que ser parte de una revolución de emociones encontradas y demases -de esas cosas que se les da por sentir a las personas cuando tienen 11 o 12 años-.

Había signos de incendio por todos lados. Debí darme cuenta. Como cuando llamé al primer alumno a darle la nota, y vino llorando porque lo habían bochado en otra materia. "Bueno", me dije, "menos mal que aprobó los dos exámenes". Cuando se calma del llanto y crisis de nervios, le digo que se quede tranquilo, que aprobó ambos; su expresión, sin embargo, no cambia. Ajá. Un día absolutamente normal. "¡Sacaste siete en los dos, no te preocupes!", le digo, enfocado en el hecho de que era una nota que me dejaba conforme con respecto a lo que venía haciendo durante el año, y su forma de rendir ante un examen muy difícil. "¿SIETE NOMÁS?", dice, y entra a llorar. Bien. Bárbaro. Y decidí seguir adelante, mientras una nube de lluvia se posaba arriba mío en pleno día de sol.

Hablo con un par más, la cosa -increíblemente- marcha normal. Hablo con uno que iba a recuperatorio, se enoja, sí, porque nunca tenemos autocrítica -me incluyo-, pero lo entiende. Hablo con otra que va a recuperatorio. En un examen, 9. En el otro, 6, y sabiendo que tuvo un mal día, y que puede aprobar tranquilamente. Otra crisis de nervios. "¿Será mi aliento?", pienso, mientras saco una pastilla de menta. Llamo a otro, y la piba de recién se queda llorando afuera del aula. Mando a otra alumna a ir a tratar de calmarla, más allá de que, convengamos, la posta era decirle que no era el fin del mundo y eso. Ah, sí, cierto: ya se lo había dicho. Definitivamente, si yo hablaba se ponía peor. Aún con aliento renovado, ¿eh? Así que la dejo correr. Todavía me quedaban dos recuperatorios por anunciar. Mamita...

Acá empieza la vuelta de tuerca al estilo Hollywood, por qué no: no sólo lloraron las dos del recuperatorio -aún cuando de una, realmente, no lo esperaba, ni por personalidad ni por lo mal que estaba el examen, y que ella lo sabía-; también lloró otra, porque no sacó la nota que quería (y había sacado un 8,50). Y también casi llora otra, emocionada porque aprobó y, a la vez, triste porque en la casa seguro le pedirían una mejor nota. Y también amagaban el sollozo otras dos o tres, que se contagiaban al tratar de consolar a las que lloraban de antes. De leer del libro de Naturales como deberíamos, ni hablar. Toda la última hora del día tratando de que responder las dudas que aquejan a la humanidad desde siempre: ¿por qué lloran las mujeres? ¿Era porque pensaban que les corregí mal? ¿Por lo que les dirían en la casa? ¿Porque pensaban que habían hecho mejor el examen? ¿Porque estaban acostumbradas a reaccionar así, en vez del sano -y autodestructivo, ok- "entonces trabajaré más fuerte" que tanto comparto con el gigantesco caballo Boxer de Rebelión en la Granja? ¿Lloraban porque me odiaban? ¿Porque se odiaban? ¿Lloraban porque a los demás les había ido mejor? ¿Lloraban porque no entendían? ¿Lloraban porque no les había explicado bien? ¿Lloraban por un rato, o llorarían todo el día?

Veinte minutos, o media hora. Todo eso pasó. Claro, las ganas de hacer algo porque no lloren. Una, porque tienen que aprender a remar más fuerte ante la adversidad; dos, porque había que seguir con la clase; tres, porque eran grandes para detener el tiempo sólo porque les pintaba; cuatro, porque seguir llorando les seguía haciendo mal. Pero... ¿qué podía hacer? Usé todo mi arsenal de recursos, y la cosa iba peor. En cierta forma era lógico: quien menos querían tener cerca en ese momento era el mismo que trataba de animarlas...

En fin. No sé todavía qué pasó. Después de un rato estaban... "mejor". Al menos eso decían. ¿Tendré razón yo, ellas, ambos...? No sé. Detesto esto. Al menos me alegra haber pensado en ese momento que, de ser yo el problema, iba a ser yo quien diese un paso al costado. Me alegra seguir teniendo claro que, en el momento en que vea que no sirvo más para esto, estaré dispuesto a dar un paso al costado. Ojalá siga pensando así cuando llegue ese momento. Suena tan demagogo, pero sólo yo sé lo cierto que es eso: hoy por hoy tengo claros mis ideales. No estoy en esto por la guita -obviamente, je-, no estoy en esto por "hacer algo con mi vida". Quiero dejar un impacto positivo. Hay algo de egoísmo en eso, lo sé, pero soy lo suficientemente introspectivo -¿existe eso?- como para saber que hago esto para tratar de ayudar, dado que eso me ayudará a mí.


Eso es tan... Bucay, que me da miedo. Pero blah. Ojalá siga pensando así cuando llegue el momento de dar un paso al costado.

9 comentarios:

Juan Pablo dijo...

Y... y... y... y... ¡Y! ¿Entendes? (Rocanroll)

O sea... y... no sé.

Primero, si te preocupas porque la mitad de la clse desaprobó es bueno. No conozco a los chicos (Mas que por lo que me contas) y no te puedo decir "Si, es tu culpa porque los asustas con tu metro sesenta y tu mirada de loco." o si es culpa de los chicos por estudiar poco o si es culpa del sistema por pedir que los pibes aprueben con 7 o es culpa mía, por no atajar el penal.

En resumen, si no entienden y no preguntaron es jodido. Si no entienden, preguntaron y no te entendieron, jodido al cuadrado. Pero, también pensá que son tus primeros pasos en esto y aunque ya llevas 1 año no sos la eminencia maneja masas de niños llenos de mocos y prejuicios y sensaciones que los desbordan. Sos su maestro. Estas para enseñarles cosas y para ayudarlos a crecer y si los tenes que ayudar poniendoles las cosas dificiles tendrás que hacerlo.

Bueno, no quiero escribir una biblia, otro día lo hablamos bien y te digo que sos un pelado botón que se vendió a las filas de los no-calvitos. Saludos y trate de preocuparse lo suficiente, pero no en exceso.

¡Salú!
Jotape.

PD: Ya tengo el gepecinco.

Calio dijo...

Acabo de aterrizar aqui desde la casa del señor Godsize. Otra porque es sábado y hace frío y no me da tanta fiaca leer.
Dejando el divague, me encantó lo que escribió, me leí todo y no pude dejar de reírme. Sobre todo por como explicó lo de la energía jeje.

Me voy a andar pasando

besos

niv dijo...

cuando se llora se llora.
Yo personalmente no lo entiendo, siempre fui un chico 10, 10, 10, 10, y aunque hasta el dia de hoy si me saco un 6 en un parcial de la facu NO PROMOCIONABLE si pienso que me merecia mas me enojo (un poquitito, y me la banco, pero bueh)... pero jamás llore por un 6, o incluso ¡ZAS! por un 5. Y lloraba por cualquier cosa cuando tenia esa edad.
Barajemos las posibilidades:
* Presión familiar: "Tenes que ser el mejor"
* Presión interna: "Tengo que ser el mejor"

Norberto Sánchez, el Sandro de Laferrère dijo...

Juan Pablo: Antes que nada, mido más que un metro sesenta. Sobre todo en puntas de pie.
Seh, sé que me falta mucho manejo, experiencia, y más que nada, experiencia con criaturas, dado que siempre fui el más chico de la familia y ahora que tengo primitos los veo una vez al año. Me falta mucho de "¿cuándo llora en serio y cuándo llora por dos minutos?". Sé que son cosas que ganaré con el tiempo, peeeero, lo que no quiero es estar haciendo este laburo si no voy a estar haciéndolo bien. En cualquier otra cosa soy cabeza dura y digo "pa' frenchi" y dale nomás, pero acá sé que tengo que concentrarme en si mi personal vendetta no va a traer daños colaterales. Igualmente supongo que el martes se me pasa. Supongo.

Calíope: Si viene de parte del host de denserio, entonces es bienvenida. No es que él me caiga bien, sólo trato de robarle público (?). Y deje de reírse que acá yo hablo de mí, y usted me está faltando el respeto. Y mal ahí por entender lo del Kamehamahema ése, ¡más Borges y menos animé!
PD: ¿Borges era el ciego o el otro? :B

Nicolás:Yo también me caliento por todo. He discutido notas, sí, pero no me puse a llorar por eso. Aún hoy día discuto las notas, además; en mi caso es parte de esa presión interna, cual golfista que siempre quiere bajar su score. En el caso de estos chicos, es una mezcla de presión interna y externa; en algún caso, porque le reclaman más, y se presiona para mejorar; en otros, porque sencillamente se exige estar al nivel del resto, y le frustra no lograrlo. Esta sociedad de competencia salvaje está creando generaciones de niños autodestructivos, y lo digo no con la autoridad que me da ser docente, sino con la autoridad de que éste es *mi* blog, y si me discuten les borro el comment. ¡JA!

Carolina dijo...

Pero vos los amenanazas con la cicuta o tirarlos por un barranco cual hijo amorfo o algo así???

y si no...

tal vez deberías.

Norberto Sánchez, el Sandro de Laferrère dijo...

Caro/Mery/Julia/¿más personalidades?Aunque no lo creas, los he amenazado, aunque no recuerdo si fue con cicuta o no. También les vengo diciendo que les voy a poner una jaulita y los voy a encerrar ahí, por ejemplo. Por suerte se ríen en vez de palidecer del pánico :hmm: ...

Anónimo dijo...

Espero que algún iluminado en tu clase levante la revolución como corresponde contra los enanos fachos como vos.

¡¡GOBIERNO!!

Y que te caguen a tiros si es necesario.

Por ahora, dormí tranquilo.

Norberto Sánchez, el Sandro de Laferrère dijo...

BM: Pan y circo, amigo. Pan y circo. ¿Por qué se van a revolucionar, si les estoy organizando una Copa América? Pero por favor...

:B

J. dijo...

Yo sueño con un sistema de educación en el cuál vos metas mucha mano.

Hasta la victoria, siempre.